miércoles, 1 de octubre de 2008

¿Será RD país neutral entre EE.UU. y Venezuela?











El clima geopolítico mundial puede obligar a establecer alianzas con las naciones dominantes: Venezuela, ayudada por Rusia, adquiere un papel decisivo en el Caribe, mientras que Estados Unidos, en momentos de flaqueza, trata de recomponer su poder.

¿Qué pasaría si la República Dominicana recibiera la oferta de Venezuela y Rusia de un oleoducto, una refinería nueva, muchas más casas prefabricadas, tecnología nuclear rusa para un nuevo sistema energético, aviones cedidos gratuitamente para combatir la droga, radares, modernización de su ejército y la compra de productos criollos?

¿Sería imposible la creación de un partido neoizquierdista bolivariano auspiciado por Hugo Chávez, de la misma forma que respaldó con maletines de dinero a otros gobiernos?

¿Respondería el pueblo, el de las calles y los campos, positivamente a esta alternativa de poder? ¿Podría erigirse un nuevo y joven líder en el que, sin perder la amistad con Leonel Fernández, Chávez encontrara una fuerza menos tibia y más cercana a sus intereses?
Preguntas ilusorias, o quizás no tanto. La lectura de estas cuestiones provocará más de una sonrisa, otros fruncirán el ceño y algunos revivirán sus tiempos de juventud en los que la lucha izquierdista por la igualdad y la libertad conformaba su razón existencial.

No pocos sostienen que el sistema político en República Dominicana se desgasta ante la corrupción, la crisis, la falta de nuevos líderes, la ausencia de ideales, los atentados contra el periodismo irreverente y la decepción del pueblo.

Mientras, las relaciones diplomáticas con EE.UU. se enfrían y el Tratado de Libre Comercio todavía no ha dado los frutos esperados, con peores perspectivas ante la crisis norteamericana y el posible triunfo demócrata.

La desesperación cunde entre la juventud, que busca oportunidades con la amenaza presente de la droga.

La opción de una alianza con el nuevo eje internacional quizás no sea tan descabellada, en un mundo en que Estados Unidos atenta mediante estatizaciones al que se creía inviolable modelo capitalista, y los chinos realizan paseos espaciales. ¿Debe ello preocuparnos?
La realidad es que la política partidista arraigada en el país, basada en contentar al militante político con dádivas, puestos de trabajo, unido a inversiones propagandísticas y una buena dosis de populismo, seguramente cobraría la misma fuerza con el estilo de Chávez.
La otra cara de la moneda es que nuestro primer cliente comercial sigue siendo Estados Unidos, con el que mantenemos un matrimonio de conveniencia del que parece imposible un divorcio, entre otras razones, porque nos haría falta valor para desintegrar buena parte del tejido industrial.

La esperanza en el nuevo tratado de comercio con Europa se vislumbra como una luz para el Gobierno, y nuestra cultura, con sus propias raíces, sigue bebiendo del modelo norteamericano, aunque traiga consigo en parte la degeneración de los valores.
La plutocracia -el gobierno del dinero-, el establishment, se conforma como un firme opositor a iniciativas revolucionarias, al igual que en casi todo el mundo.

Los créditos internacionales y los organismos prestatarios, los que regulan el flujo de ayudas, también están adscritos a Europa y Estados Unidos.

¿Es posible una afiliación que probablemente trajera el boicot silencioso de estas fuerzas y la merma en la inversión de capitales?
La democracia dominicana y los medios de comunicación, aún con sus fallas, funcionan como sistema, razón por la que, precisamente, existiría la posibilidad de una nueva alternativa política. El curso de los acontecimientos mundiales pueden obligar a un presidente a tomar decisiones concernientes a alianzas, sobre todo cuando el poderoso advierte: “O estás conmigo, o estás contra mí”.

Chávez y Putin refuerzan una alianza

Rusia envió en septiembre a Venezuela dos bombarderos rusos Tu-160 que permanecieron una semana en una base para realizar "vuelos de entrenamiento".

También una flota de buques de guerra partió de la base de Severomorsk, en el Ártico, para realizar maniobras conjuntas con la armada venezolana en el Caribe, una región considerada por Washington como su patio trasero.

Entre los navíos figuraba el "Pedro el Grande", uno de los mayores buques de guerra de su clase que transporta una gran variedad de armas, incluyendo misiles de crucero Granit, capaces de llevar ojivas nucleares.

Además, Rusia concederá un crédito de 1.000 millones de dólares a Venezuela para impulsar la cooperación técnico-militar entre ambos países, se creará un banco ruso-venezolano y oportunidades de negocio para el gigante del gas Gazprom en Venezuela.

Chávez compró aviones de caza, carros de combate y fusiles de asalto a Rusia y planea adquirir sistemas antiaéreos, vehículos blindados y aviones de combate.

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, expresó también al presidente de Venezuela que Rusia está dispuesta a compartir con Caracas el uso de la energía nuclear con fines pacíficos.


POR JESÚS MARTÍN

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