WASHINGTON (BBC Mundo).- A partir de este primero de octubre habrá un nuevo examen para los aspirantes a hacerse ciudadanos de Estados Unidos.
La nueva prueba será más justa, igual para todos y más orientada a los contenidos que a la memorización, según las autoridades del Servicio de Ciudadanía (USCIS, por sus siglas en inglés).
Los aspirantes a hacerse ciudadanos deberán estudiar 100 preguntas, de las cuales deben responder 10 el día de la prueba. Para aprobar hacen falta 6 respuestas correctas.
La prueba incluye también la lectura de una frase que incluye algunas de las 150 palabras de una lista que creó el USCIS con la ayuda de profesores de inglés y expertos en educación de adultos.
Antes, los futuros ciudadanos tenían que leer en voz alta una frase seleccionada al azar por el funcionario de Naturalización que les hacía la entrevista.
Según un portavoz de USCIS, este nuevo test "no es más fácil ni más difícil, es simplemente mejor".
El proceso de rediseñar el examen de ciudadanía tomó 11 años en total, con una serie de consultas a distintas organizaciones y grupos de expertos.
La Red Católica para la Inmigración Legal, por ejemplo, recomendó que los costos del nuevo examen no deberían ser pagados por los aspirantes a ciudadanos, de modo que las personas de escasos recursos pudieran tener acceso al proceso.
Esa sugerencia no fue acatada por el Servicio de Ciudadanía, que el año pasado subió en más 80% las tarifas del trámite. A los precios actuales, un matrimonio debe pagar US$1350 para postularse a la ciudadanía.
Otras organizaciones advierten que a pesar de la aparente sencillez de la prueba, debería tomarse en cuenta que no todos los inmigrantes tienen el mismo nivel de preparación.
"Yo hice el examen y lo pasé, pero yo tengo una carrera profesional y nací en este país. No sé cómo será el caso de la gente que no tuvo acceso ni siquiera a la educación básica en su país de origen", le dijo a BBC Mundo Laureen Laglagaron, del Migration Policy Institute, que hizo una extensa investigación sobre el proceso de cambios en el examen.
También advierten estos grupos que el nuevo examen, si es justo, no debería tener como resultado una disminución en el número de personas que obtiene la ciudadanía.
Todos, sin embargo, coinciden en que eso sólo se podrá saber una vez que el nuevo test entre en vigencia.
Por eso, exigen del USCIS que lleve un estricto control estadístico de las personas que lo presentan, incluyendo género, edad, y país de origen, entre otras.
De todas maneras, un portavoz del USCIS asegura que la intención del nueva examen es que la gente pase. "No necesitamos residentes, necesitamos ciudadanos", afirmó.
La nueva prueba será más justa, igual para todos y más orientada a los contenidos que a la memorización, según las autoridades del Servicio de Ciudadanía (USCIS, por sus siglas en inglés).
Los aspirantes a hacerse ciudadanos deberán estudiar 100 preguntas, de las cuales deben responder 10 el día de la prueba. Para aprobar hacen falta 6 respuestas correctas.
La prueba incluye también la lectura de una frase que incluye algunas de las 150 palabras de una lista que creó el USCIS con la ayuda de profesores de inglés y expertos en educación de adultos.
Antes, los futuros ciudadanos tenían que leer en voz alta una frase seleccionada al azar por el funcionario de Naturalización que les hacía la entrevista.
Según un portavoz de USCIS, este nuevo test "no es más fácil ni más difícil, es simplemente mejor".
El proceso de rediseñar el examen de ciudadanía tomó 11 años en total, con una serie de consultas a distintas organizaciones y grupos de expertos.
La Red Católica para la Inmigración Legal, por ejemplo, recomendó que los costos del nuevo examen no deberían ser pagados por los aspirantes a ciudadanos, de modo que las personas de escasos recursos pudieran tener acceso al proceso.
Esa sugerencia no fue acatada por el Servicio de Ciudadanía, que el año pasado subió en más 80% las tarifas del trámite. A los precios actuales, un matrimonio debe pagar US$1350 para postularse a la ciudadanía.
Otras organizaciones advierten que a pesar de la aparente sencillez de la prueba, debería tomarse en cuenta que no todos los inmigrantes tienen el mismo nivel de preparación.
"Yo hice el examen y lo pasé, pero yo tengo una carrera profesional y nací en este país. No sé cómo será el caso de la gente que no tuvo acceso ni siquiera a la educación básica en su país de origen", le dijo a BBC Mundo Laureen Laglagaron, del Migration Policy Institute, que hizo una extensa investigación sobre el proceso de cambios en el examen.
También advierten estos grupos que el nuevo examen, si es justo, no debería tener como resultado una disminución en el número de personas que obtiene la ciudadanía.
Todos, sin embargo, coinciden en que eso sólo se podrá saber una vez que el nuevo test entre en vigencia.
Por eso, exigen del USCIS que lleve un estricto control estadístico de las personas que lo presentan, incluyendo género, edad, y país de origen, entre otras.
De todas maneras, un portavoz del USCIS asegura que la intención del nueva examen es que la gente pase. "No necesitamos residentes, necesitamos ciudadanos", afirmó.
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