miércoles, 10 de diciembre de 2008

Corrupción al destape en Illinois



CHICAGO, Estados Unidos, (EFE).- Illinois ha dado a Estados Unidos el primer presidente negro de su historia, pero lejos de este hito es conocido por la fama de corruptos de sus políticos. No en vano, cuatro de sus últimos gobernadores se han dado de bruces con la Justicia.
“Si Illinois no es el estado más corrupto de los Estados Unidos, desde luego es uno de los principales candidatos”, aseguró ayer gráficamente el jefe de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en Chicago, Robert Grant, tras arrestar al Gobernador Rod Blagojevich, acusado de corrupción y extorsión.
Con esta frase, el agente especial definió la sombra que ha planeado durante años sobre los políticos de este Estado.
Grant encabezó la investigación del FBI que puso al descubierto ayer las maniobras del gobernador Blagojevich, el mismo que asumió el cargo en enero de 2003 con la promesa de acabar con la cultura de corrupción existente en la política en Illinois.
Fue el primer gobernador demócrata en casi 30 años de dominio republicano, y llegó para sustituir a George Ryan, quien tras un solo mandato en 2006 fue condenado a seis años y medio de cárcel por diversos casos de corrupción.
Ryan hizo historia antes de irse al vaciar el pabellón de la muerte y conmutar por cadena perpetua las sentencias de 168 condenados, entre ellos seis hispanos.
Su posición contra la pena capital en Illinois, donde estuvieron a punto de ser ejecutados varios inocentes, le valió la candidatura al Premio Nobel de la paz impulsada por grupos locales.
Sin embargo, de nada le valió la popularidad porque en el 2006 fue declarado culpable de favorecer con contratos a amigos políticos, recibir regalos y cobrar sobornos durante los años en que fue Secretario de Estado.
Su oficina vendía licencias de conducir a camioneros, uno de los cuales provocó un accidente de carretera donde murieron los seis integrantes de una familia.
Ryan, de 74 años, cumple actualmente una condena de seis años y medio en una prisión del vecino estado de Indiana, y un grupo de amigos gestiona un perdón del presidente George W. Bush.
Su sucesor en el cargo, el demócrata Blagojevich de 51 años, hijo de un inmigrante serbio, también podría ser condenado con hasta 10 años de prisión, si es declarado culpable de los delitos de los que fue acusado.
El gobernador, según los cargos presentados por el FBI, habría intentado lucrarse con la elección del sucesor de Barack Obama en el Senado, una decisión que le corresponde exclusivamente a él.
Para ello, según la acusación, ofreció el escaño al mejor postor y consideraba para el cargo a políticos -cuya identidad no fue revelada- dispuestos a pagar hasta un millón de dólares.
“El gobernador Blagojevich puso un cartel de 'se vende' al nombramiento” del sucesor de Obama, dijo el fiscal Patrick J. Fitzgerald, del Distrito Norte de Illinois, en una conferencia de prensa.
La historia registra que antes de Ryan hubo otros dos gobernadores de Illinois que fueron a la cárcel por sus problemas con la justicia.
El demócrata Otto Kerner, gobernador entre 1961 y 1968, fue encarcelado en 1973 por soborno, evasión impositiva y otros delitos.
El también demócrata Dan Walker, gobernador 1973 y 1977, fue a prisión en 1987 por fraude bancario y perjurio.
En el caso de Blagojevich, el fiscal Fitzgerald comenzó a investigarlo apenas cumplido el primer año de su mandato, cuando surgieron las primeras sospechas de maniobras con contrataciones, favoritismo en nombramientos, contratos de obras públicas y recaudación de fondos.
El escándalo más sonado involucró al financiero Antoin “Tony" Rezko, quien será sentenciado en enero próximo tras un juicio en el que quedaron al descubierto maniobras de corrupción que salpicaron al gobernador.
Rezko contribuyó incluso con la campaña del ahora presidente electo Barack Obama, pero éste donó ese dinero a obras de beneficencia al descubrir su origen.
La primera dama de Illinois, Patricia Blagojevich, también fue investigada al descubrirse que recibió cientos de miles de dólares en comisiones pagadas por clientes de su negocio de bienes raíces, quienes a cambio habrían recibido contratos millonarios con el Estado.
A todo esto se suma la política en la ciudad de Chicago, donde la familia Daley -también demócrata- ha dominado la alcaldía durante cuarenta años.
El alcalde Richard M. Daley, que asumió el cargo por primera vez en 1989, ha tenido que sortear escándalos por clientelismo y soborno, que llevaron a la cárcel a varios de sus colaboradores más cercanos, entre ellos el secretario de la municipalidad, James Laski, en el 2006.

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