BALTIMORE, EEUU, (AFP).- Saludado por una multitud exuberante de felicidad, Barack Obama convocó a los estadounidenses a superar la crisis tanto interna como externa, a lo largo del simbólico viaje en tren de Filadelfia a Washington, con que se iniciaron los festejos de su asunción presidencial.
Amparado en el eco de la historia, tres días antes de jurar como el primer presidente negro de Estados Unidos, Obama instó a unirse en una "nueva declaración de la independencia" a fin de liberarse de la intolerancia, de la estrechez de pensamiento y de la ideología.
A lo largo del camino entre Filadelfia y Washington, miles de personas desafiaron el intenso frío para saludar el paso del tren, al tiempo que Obama, parado sobre un antiguo furgón de cola, saludaba a ambos lados de la vía a la gente que lo vivaba.
Con el viaje en ferrocarril el presidente electo estaba rememorando el mismo camino que un siglo y medio atrás hizo su héroe, el presidente Abrahan Lincoln.
En Filadelfia, cuna de la independencia estadounidense, y también en Baltimore unas horas después, ante una tiritante muchedumbre de 40.000 personas, Obama le dijo a los estadounidenses que había que nutrirse de la mística de los héroes de la independencia en un tiempo de amenazas, tanto internas como en el exterior.
"Estamos en días difíciles, y nos esperan días difíciles por delante. Nuestro país está en guerra. Nuestra economía está en grandes dificultades. Y hay mucho trabajo por hacer para restaurar la paz y promover la prosperidad", dijo.
También recordó que hay que hacer "todo para que esta elección no sea el fin de lo que teníamos que hacer para cambiar Estados Unidos, sino el principio", indicó el presidente electo.
"Pocas veces en nuestra historia una generación ha sido confrontada a desafíos tan grandes", sostuvo.
"Y a pesar de que nuestros problemas parecen nuevos, lo que se necesita para superarlos no lo es", dijo Obama a los seguidores que se agolparon a saludarlo.
"Lo que se precisa es una nueva declaración de la independencia, no sólo en nuestro país, sino en nuestras vidas: de la ideología y la estrechez de pensamiento, el prejuicio y la intolerancia, apelar no a nuestros instintos fáciles sino a nuestros mejores ángeles", dijo.
Los simpatizantes se congregaron en torno a las vías del ferrocarril para ver el paso cansino del tren ceremonial apodado "Inaugural Express".
Mientras el tren de Obama pasaba lentamente por Claymont, un pueblo de Delaware se podía leer un cartel que decía "!Aleluya, lo hicimos!"; al tiempo que otro rezaba "Yo te saludo mi Jefe".
Mientras un Obama sonriente salduaba, sonaba el silbato del tren anunciando su paso.
Dyone Watson, de 20 años, esperó durante horas para ver a Obama en la plaza War Memorial en la gélida Baltimore.
"Estoy famélico, congelado y mis piernas están entumecidas", dijo Dyone Watson. "Pero decididamente valió la pena".
"Es simplemente increíble. Me da ganas de hacer más cosas con mi vida", agregó Will Moore, de 22, de la mano de su sobrina de dos años.
"Es una enorme alegría para todos. Hacía mucho tiempo que necesitábamos un cambio (...) El (Obama) nos muestra que podemos hacer todo lo que se nos ocurra. Hay que seguir intentando y nunca rendirse".
En Wilmington, Obama se bajó del tren y recibió el saludo del vice-presidente electo Joseph Biden. Luego fueron juntos a saludar a sus partidarios.
"En los tiempos más complicaods, nuestra nación siempre ha elegido al líder que los tiempos requerían, creo que es por eso que el país ha escogido a Barack Obama", dijo Biden ante una gran multitud que previamente le había cantado "Feliz Cumpleaños" a la próxima primera dama Michelle Obama, que cumplió 45 años el sábado.
Tras viajar todo el día, Obama finalmente llegó a Washington donde lo espera una capital convulsionada, que se alista para vivir el 20 de enero una nueva página de su historia, cuando asuma el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos.
Se espera que cientos de miles de personas asistan a la juramentación.
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