LA FAMILIA, PREVENCIÓN DE DELINCUENCIA
Las funciones exclusivas de toda familia son principalmente de índole personal. Se le considera como instrumento perfecto para la formación inicial de la personalidad del niño y, el grupo intimo que encamina al adolescente hacia la madurez. De ahí, la importancia de un hogar bien formado, tanto afectivo como moralmente, para la integración del niño en la sociedad.
La familia comparte un hogar y proporciona refugio donde se realizan muchas funciones utilitarias, protección que es, a la vez, el medio donde se satisfacen las necesidades materiales. Sin embargo, muchas de las funciones aprovechadas son compartidas con otras instituciones altamente especializadas, como las Escuelas, Iglesias, instituciones de servicios sociales y organismos estatales.
En la actualidad reina intranquilidad acerca del carácter segmentaría de la vida familiar moderna. Tal como lo recuerdan los ancianos, incluyendo a mi hermosa y adorada abuela, que la vida familiar de su época era mucho mas consolidada que la actual. Solamente en zonas rurales muy aisladas, la familia ha conservado suficientes funciones practicas como para poder ser considerada capaz de adecuarse a si misma físicamente y, la autosuficiencia casi total del periodo de los pioneros es hoy un recuerdo histórico. La perdida de funciones que empezó con la comunidad establecida, se ha acelerado con la creciente urbanizaciones. Además, el proceso se ha extendido de las ciudades a las zonas rurales. Las cualidades que se han perdido son aquellas que se recuerdan con mayor frecuencia con nostalgia; entre ellas se encuentra los intercambios entre los vecinos del almuerzo a los medio días, las excursiones, las visitas de familia amiga, son algunas de las cosas echadas de menos por quienes las vivieron en su juventud.
En contraste con esta vida nuclear del pasado, la vida familiar actual compuesta por segmentos de experiencia, distintos para cada miembro y frecuentemente no integrado dentro de la experiencia de ese individuo, donde los padres no conocen a los amigos de sus hijos o los conocen casualmente sin saber quienes son sus padres. Los hijos de distinta edad y sexo tienen cada uno su círculo privado de amistades. El marido y la mujer planean sus días siguiendo líneas totalmente diferentes que rara vez se cruzan.
La postura de los adolescentes frente a la sociedad depende mucho de su experiencia familiar y, una de las funciones primordiales de la familia es permitir esas experiencias, que darán al adolescente el dominio de si mismo, sin que ninguna torpeza llegue a comprometer su porvenir.
Trillamos el camino a nuestros jóvenes hacia la delincuencia, desde el momento que es privado de orientación familiar y es dejado a su propio albedrío. Si deseamos tener una juventud comprometida con su propio futuro y con la de la nación, tenemos, como padres, madres y tutores, inicial desde ya, a identificarnos con ellos, por que mañana seria muy tarde.
Las funciones exclusivas de toda familia son principalmente de índole personal. Se le considera como instrumento perfecto para la formación inicial de la personalidad del niño y, el grupo intimo que encamina al adolescente hacia la madurez. De ahí, la importancia de un hogar bien formado, tanto afectivo como moralmente, para la integración del niño en la sociedad.
La familia comparte un hogar y proporciona refugio donde se realizan muchas funciones utilitarias, protección que es, a la vez, el medio donde se satisfacen las necesidades materiales. Sin embargo, muchas de las funciones aprovechadas son compartidas con otras instituciones altamente especializadas, como las Escuelas, Iglesias, instituciones de servicios sociales y organismos estatales.
En la actualidad reina intranquilidad acerca del carácter segmentaría de la vida familiar moderna. Tal como lo recuerdan los ancianos, incluyendo a mi hermosa y adorada abuela, que la vida familiar de su época era mucho mas consolidada que la actual. Solamente en zonas rurales muy aisladas, la familia ha conservado suficientes funciones practicas como para poder ser considerada capaz de adecuarse a si misma físicamente y, la autosuficiencia casi total del periodo de los pioneros es hoy un recuerdo histórico. La perdida de funciones que empezó con la comunidad establecida, se ha acelerado con la creciente urbanizaciones. Además, el proceso se ha extendido de las ciudades a las zonas rurales. Las cualidades que se han perdido son aquellas que se recuerdan con mayor frecuencia con nostalgia; entre ellas se encuentra los intercambios entre los vecinos del almuerzo a los medio días, las excursiones, las visitas de familia amiga, son algunas de las cosas echadas de menos por quienes las vivieron en su juventud.
En contraste con esta vida nuclear del pasado, la vida familiar actual compuesta por segmentos de experiencia, distintos para cada miembro y frecuentemente no integrado dentro de la experiencia de ese individuo, donde los padres no conocen a los amigos de sus hijos o los conocen casualmente sin saber quienes son sus padres. Los hijos de distinta edad y sexo tienen cada uno su círculo privado de amistades. El marido y la mujer planean sus días siguiendo líneas totalmente diferentes que rara vez se cruzan.
La postura de los adolescentes frente a la sociedad depende mucho de su experiencia familiar y, una de las funciones primordiales de la familia es permitir esas experiencias, que darán al adolescente el dominio de si mismo, sin que ninguna torpeza llegue a comprometer su porvenir.
Trillamos el camino a nuestros jóvenes hacia la delincuencia, desde el momento que es privado de orientación familiar y es dejado a su propio albedrío. Si deseamos tener una juventud comprometida con su propio futuro y con la de la nación, tenemos, como padres, madres y tutores, inicial desde ya, a identificarnos con ellos, por que mañana seria muy tarde.
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