domingo, 8 de febrero de 2009

Retornaron por la crisis




SANTO DOMINGO.- No me estoy yendo, sólo estoy preparando la hora de volver”, reza el indicador en “Led” a la salida de la sala Signos e Identidad del Centro León. La frase, en formato similar a los anuncios aeroportuarios, se repite sobre dos maletas del museo, la de ida y la del regreso.
En una está el sueño americano dobladito entre botellas de ron y cerveza; el polvo Maja, la sopita de pollo y el dichoso salami. En la otra, en la que vuelve como Juanita, están las lejanías, la nostalgia, los infaltables tenis para “lujiar”, los chocolates, etcétera.
Regresar es un latido constante en el corazón de los dominicanos y dominicanas que desafían la bravuconería del mar, vuelan con “machete” o viajan con escala hasta llegar a la tierra de hielo y dólares que obliga a caminar revestido de “cow”.
Cuando María Seneida Santana Gutiérrez se agachó en la yola que la llevó a Puerto Rico en 1986, nunca pensó borrar los 19 años de su vida en el país que el Presidente denominó patiecito de atrás.
EducaciónAl contrario, la salida “momentánea” que duró 22 años, tenía el fin de garantizarle educación a sus hijos, objetivo que ha logrado “con la gracia de Dios”.
Seneida nació en San José de las Matas y laboraba como trabajadora social en el hospital público de Santiago, cuando emigró por Nagua “agua y Dios misericordia”, recita.
No pensó que moriría, nisiquiera vomitó en el mar a veces calmo y otras veces “negrísimo y horrible”. Escondida de su esposo, Seneida abrazó el manto salado que le separaba de “Puertorro”.
Pagó 700 pesos por el viaje que hoy es un recuerdo atesorado en la memoria junto a la admiración de los conductores de yolas: “Esos son hombres, los malos son los vivos que están afuera recolectando gente”, exclamó.
Carmen Rodríguez nunca pensó en quedarse. Vivía en San Francisco de Macorís, en el municipio donde la inmigración aumentó las tumbas con los muchachos del barrio que se iban y regresaban boca arriba y empolvaditos.
En 1988, Rodríguez se fue ilegal, con escala, a “Nueva Yol”. “Siempre pensaba en mis hijas. Trabajé en factorías, restaurantes y en casas de familia”.
“Me dije que cuando tuviera buena economía regresaría a mi país, eso siempre lo tuve en la mira”, aseguró la mujer que se despertaba a las 4:00 de la madrugada para alcanzar los dos autobuses que le llevaban al trabajo.
Retirada debajo del techo que pudo adquirir, Carmen no piensa siquiera en aviones.
Le cogió tirria “a esos aparatos” después del 11 de Septiembre y hoy, aunque nada la perturba, el sueño se le interrumpe dos horas antes de amanecer.
Conquistar el sueño americano le costó a esta mujer de 52 años, dos hernias en la columna y las manos florecidas en callos.
La primera vez que vino a su tierra ocultó los achaques en aros dorados y varias cadenas. ”Ahorramos chele a chele” Seneida saltó a Norteamérica primero. Su esposo Rigoberto Grullón se sumó dos años después.
En el “Nueva Yol” retratado por el personaje Balbuena en el filme de Ángel Muñiz, se fajaron durante dos décadas para encaminar una familia de tres descendientes.
Hace seis meses viven en una urbanización de camino sin asfalto en Santiago. Son gente de trabajo y devotos del ejemplo. La pareja no come cuentos con el respeto y el civismo.
Aún no terminan de desempacar pero ya Miguel, el hijo más pequeño, asiste a una escuela bilingüe.
La pareja comparte muchas angustias. “Aquí para trabajar hay que tener apellido y relaciones”, expresó la dama que en dos ocasiones, dos compatriotas en Manhathan, intentaron atacarla sexualmente.
“EL SUEÑO AMERICANO ES UNA FANTASÍA MEDIÁTICA” . JUAN GELABERT, Maestro-investigador UASD:
¿Todos los dominicanos quisieran cumplir el sueño americano?Cada dominicano al igual que cualquier ciudadano de países del Tercer Mundo o los pobres del mundo quieren cumplir el sueño americano que día a día invade los hogares de quienes no producen mensajes culturales amparados en el confort y el desarrollo personal e individual. El modelo económico mundial utiliza numerosos medios de expansión del capital.
¿Qué es sueño americano?Es una ilusión, una fantasía mediática que se vale del poder económico para arrancar a los países pobres hombres y mujeres valiosos que después de educarse en universidades se autoexilian para lograr lo que sólo está en los medios masivos. Al llegar a esas urbes que prometen todo, el camino es incierto y carece de señalización para orientar la brújula del tan mencionado ‘sueño americano’.
¿Su investigación, en qué se basa?Identidad sin territorio: largometraje en azul, blanco y rojo con luces y sonidos pirotécnicos es un ensayo literario que utiliza el recurso del cine y las imágenes para crear una forma distinta de estudiar la realidad sin que produzca cansancio.
En el estudio se hicieron entrevistas y se utilizó la observación participante, con la idea de identificar las características fundamentales de la expresión de la dominicanidad en New York. La intención es estudiar la expresión de la comunidad dominicana en New York.
Por Grisbel Medina, Listin Diario

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