El presidente Barack Obama, entre las tantas prioridades que tiene por delante, está comprometido a recuperar la credibilidad y prestigio de Estados Unidos en América Latina, con cuyos gobernantes podría tener un primer contacto en abril próximo durante la V Cumbre de las Américas a celebrarse en Trinidad y Tobago.
En círculos de poder de Estados Unidos se da como un hecho la participación de Obama en la cumbre hemisférica, a efectuarse el 17, 18 y 19 de abril en Puerto España, bajo el título "Asegurar el futuro de nuestros ciudadanos promoviendo la prosperidad humana, la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental".
A excepción de Cuba, expulsada en 1962 del sistema interamericano, todos los jefes de Estado y de Gobiernos de los 34 países del hemisferio estarán representados en el cónclave dependiente de la Organización de Estados Americanos y cuya primera versión se realizó en Miami en diciembre de 1994 con la representación del entonces presidente Joaquín Balaguer. Se recuerdan las imágenes del presidente Bill Clinton auxiliando al mandatario dominicano debido a sus problemas de locomoción.
Con discursos que de seguro irán más allá de los debates actuales sobre inmigración o tráfico de drogas, a Obama le corresponderá recoger los platos rotos durante la gestión del presidente George Bush, a cuya administración se acusó de descuidar a América Latina para concentrar esfuerzos y recursos en el Medio Oriente, principalmente en sus guerras en Irak y Afganistán.
Pobreza, desigualdad, irrespeto por los derechos humanos, problemas ambientales, inseguridad, impunidad, criminalidad y tratados comerciales en igualdad de condiciones son parte de los desafíos que enfrenta América Latina y que de seguro formarán parte de los señalamientos enarbolados por los mandatarios durante la cumbre ante el presidente Obama.
-"La credibilidad y prestigio del gobierno de los Estados Unidos en América Latina se ha ido en picada".
-"El gobierno de Estados Unidos es percibido por muchos como torpe en su aproximación hacia América Latina e indiferente hacia los latinoamericanos y sus preocupaciones".
-"El compromiso de los Estados Unidos hacia la democracia y el respeto por los derechos humanos en América Latina (y en el resto del mundo) es visto como limitado y fingido".
Las afirmaciones anteriores no fueron extraídas de un discurso de barricada de un dirigente de izquierda, ni de uno de los líderes populistas gobernantes en la actualidad en los países de América Latina, sino de un estudio realizado por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), una entidad no gubernamental de mucho prestigio con sede en Washington que promueve los derechos humanos, la democracia y la justicia, y que monitorea el impacto de las políticas de Estados Unidos en la región. WOLA entiende que la larga historia de involucramiento de Estados Unidos en América Latina y el encarcelamiento indefinido de los detenidos en la bahía de Guantánamo, en Cuba, hacen que la credibilidad de esa nación sea reducida y que se incremente el sentimiento anti estadounidense en la región. La entidad afirma que la nueva administración de Obama tiene que hacer un nuevo enfoque que debería empezar con reconocer que "América Latina es importante para Estados Unidos" y que la nación se beneficiará de un crecimiento económico difundido en AL y del desarrollo de una clase media estable y viable en la región.
"El crecimiento con equidad en América Latina reducirá los incentivos para la migración ilegal. Las relaciones comerciales crecerán, y nuestra economía crecerá con ellas. Estados Unidos se volverá más seguro en la medida en que gobiernos nacionales robustos y efectivos en la región extiendan el estado de derecho y fortalezcan la seguridad ciudadana", afirma el estudio de recomendación de WOLA a la nueva administración.
Recomienda además comprender las corrientes populistas que han surgido en América Latina -algunas en el poder- y construir puentes hacia los gobiernos democráticamente elegidos en el hemisferio, así como trabajar más estrechamente con ellos en problemas comunes como la violencia de pandillas, mejorar la educación pública, hasta reducir la contaminación del aire y del agua.
En el campo de las políticas económicas, WOLA entiende que "es hora de avanzar más allá de los debates sobre ortodoxias económicas y buscar nuevas aproximaciones que reconozcan la profundidad de la pobreza y la exclusión en América Latina".
"Las nuevas políticas económicas deben tener en cuenta un enfoque más proactivo para resolver estos problemas y deben ser lo suficientemente flexibles para permitir a las comunidades y naciones implementar estrategias innovadoras de desarrollo", expresa el documento para a seguidas agregar que "para ser exitosas, las políticas deben producir mejoras reales en los estándares de vida para todos los sectores, no sólo estimular un crecimiento económico que enmascara una brecha de ingresos creciente".
El tema de la Cumbre de las Américas se presenta como el escenario ideal para el presidente Obama expresar a los mandatarios latinoamericanos su compromiso con el fortalecimiento de la democracia en la región, con la lucha contra la degradación ambiental, el crimen, el narcotráfico, la corrupción y la desigualdad social.
WOLA afirma que con el fin de promover de manera creíble la consolidación de la democracia y el respeto de los derechos humanos en América Latina, Estados Unidos debe primero poner orden en su propia casa con la clausura del centro de detención de Guantánamo y evidenciar que su compromiso con los derechos humanos y la democracia no será manipulado por razones políticas, aplicado de manera selectiva o empleado como excusa para asediar a gobiernos con los cuales está en desacuerdo.
También considera que Estados Unidos debe expresar su preocupación cuando aprecie que los gobiernos de la región no están a la altura de los principios democráticos o que alejen de ellos e incrementar la ayuda financiera y técnica para una efectiva gobernabilidad en América Latina, tanto a nivel local como nacional.
En círculos de poder de Estados Unidos se da como un hecho la participación de Obama en la cumbre hemisférica, a efectuarse el 17, 18 y 19 de abril en Puerto España, bajo el título "Asegurar el futuro de nuestros ciudadanos promoviendo la prosperidad humana, la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental".
A excepción de Cuba, expulsada en 1962 del sistema interamericano, todos los jefes de Estado y de Gobiernos de los 34 países del hemisferio estarán representados en el cónclave dependiente de la Organización de Estados Americanos y cuya primera versión se realizó en Miami en diciembre de 1994 con la representación del entonces presidente Joaquín Balaguer. Se recuerdan las imágenes del presidente Bill Clinton auxiliando al mandatario dominicano debido a sus problemas de locomoción.
Con discursos que de seguro irán más allá de los debates actuales sobre inmigración o tráfico de drogas, a Obama le corresponderá recoger los platos rotos durante la gestión del presidente George Bush, a cuya administración se acusó de descuidar a América Latina para concentrar esfuerzos y recursos en el Medio Oriente, principalmente en sus guerras en Irak y Afganistán.
Pobreza, desigualdad, irrespeto por los derechos humanos, problemas ambientales, inseguridad, impunidad, criminalidad y tratados comerciales en igualdad de condiciones son parte de los desafíos que enfrenta América Latina y que de seguro formarán parte de los señalamientos enarbolados por los mandatarios durante la cumbre ante el presidente Obama.
-"La credibilidad y prestigio del gobierno de los Estados Unidos en América Latina se ha ido en picada".
-"El gobierno de Estados Unidos es percibido por muchos como torpe en su aproximación hacia América Latina e indiferente hacia los latinoamericanos y sus preocupaciones".
-"El compromiso de los Estados Unidos hacia la democracia y el respeto por los derechos humanos en América Latina (y en el resto del mundo) es visto como limitado y fingido".
Las afirmaciones anteriores no fueron extraídas de un discurso de barricada de un dirigente de izquierda, ni de uno de los líderes populistas gobernantes en la actualidad en los países de América Latina, sino de un estudio realizado por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), una entidad no gubernamental de mucho prestigio con sede en Washington que promueve los derechos humanos, la democracia y la justicia, y que monitorea el impacto de las políticas de Estados Unidos en la región. WOLA entiende que la larga historia de involucramiento de Estados Unidos en América Latina y el encarcelamiento indefinido de los detenidos en la bahía de Guantánamo, en Cuba, hacen que la credibilidad de esa nación sea reducida y que se incremente el sentimiento anti estadounidense en la región. La entidad afirma que la nueva administración de Obama tiene que hacer un nuevo enfoque que debería empezar con reconocer que "América Latina es importante para Estados Unidos" y que la nación se beneficiará de un crecimiento económico difundido en AL y del desarrollo de una clase media estable y viable en la región.
"El crecimiento con equidad en América Latina reducirá los incentivos para la migración ilegal. Las relaciones comerciales crecerán, y nuestra economía crecerá con ellas. Estados Unidos se volverá más seguro en la medida en que gobiernos nacionales robustos y efectivos en la región extiendan el estado de derecho y fortalezcan la seguridad ciudadana", afirma el estudio de recomendación de WOLA a la nueva administración.
Recomienda además comprender las corrientes populistas que han surgido en América Latina -algunas en el poder- y construir puentes hacia los gobiernos democráticamente elegidos en el hemisferio, así como trabajar más estrechamente con ellos en problemas comunes como la violencia de pandillas, mejorar la educación pública, hasta reducir la contaminación del aire y del agua.
En el campo de las políticas económicas, WOLA entiende que "es hora de avanzar más allá de los debates sobre ortodoxias económicas y buscar nuevas aproximaciones que reconozcan la profundidad de la pobreza y la exclusión en América Latina".
"Las nuevas políticas económicas deben tener en cuenta un enfoque más proactivo para resolver estos problemas y deben ser lo suficientemente flexibles para permitir a las comunidades y naciones implementar estrategias innovadoras de desarrollo", expresa el documento para a seguidas agregar que "para ser exitosas, las políticas deben producir mejoras reales en los estándares de vida para todos los sectores, no sólo estimular un crecimiento económico que enmascara una brecha de ingresos creciente".
El tema de la Cumbre de las Américas se presenta como el escenario ideal para el presidente Obama expresar a los mandatarios latinoamericanos su compromiso con el fortalecimiento de la democracia en la región, con la lucha contra la degradación ambiental, el crimen, el narcotráfico, la corrupción y la desigualdad social.
WOLA afirma que con el fin de promover de manera creíble la consolidación de la democracia y el respeto de los derechos humanos en América Latina, Estados Unidos debe primero poner orden en su propia casa con la clausura del centro de detención de Guantánamo y evidenciar que su compromiso con los derechos humanos y la democracia no será manipulado por razones políticas, aplicado de manera selectiva o empleado como excusa para asediar a gobiernos con los cuales está en desacuerdo.
También considera que Estados Unidos debe expresar su preocupación cuando aprecie que los gobiernos de la región no están a la altura de los principios democráticos o que alejen de ellos e incrementar la ayuda financiera y técnica para una efectiva gobernabilidad en América Latina, tanto a nivel local como nacional.
Por Domingo del Pilar, El Nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario