Advierte el informe, titulado Progress on Sanitation
and Drinking-Water 2013 Update (Actualización de los progresos en
saneamiento y agua potable de 2013), que, al ritmo actual de progreso, el
Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015 de reducir a la mitad la
proporción de la población que carecía de saneamiento en 1990 no se alcanzará
por un 8%, una cifra que representa 500 millones de personas.
Aunque UNICEF y la OMS anunciaron el año pasado que la
meta de agua potable del ODM se había cumplido e incluso superado en 2010, el
reto de mejorar el saneamiento y llegar a los necesitados ha obligado a
realizar un llamamiento consolidado de acción para acelerar el progreso.
“Hay una necesidad urgente de garantizar que todos los
elementos necesarios estén en su lugar –el compromiso político, la
financiación, el liderazgo– para que el mundo pueda acelerar el progreso y
alcanzar la meta de saneamiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio”,
dijo la Dra. María Neira, Directora de la OMS para la Salud Pública y el Medio
Ambiente. “El mundo puede cambiar y transformar la vida de millones de personas
que aún no tienen acceso a un saneamiento básico. Los beneficios serían
inmensos para la salud, para acabar con la pobreza en su origen, y para el
bienestar”.
El informe se hace eco del llamamiento urgente a la acción
del Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas, Jan Eliasson, para que
la comunidad internacional aúne sus esfuerzos y ponga fin a la defecación al
aire libre en 2025. Cuando faltan menos de tres años para llegar a la fecha
límite de los ODM, la OMS y UNICEF piden un último esfuerzo para alcanzar la
meta de saneamiento.
“Esta es una situación de emergencia no menos terrible
que un terremoto o un tsunami”, dijo Sanjay Wijesekera, jefe mundial del
Programa de Agua, Saneamiento e Higiene de UNICEF (WASH). “Todos los días,
cientos de niños mueren; todos los días, miles de padres y madres lloran la
muerte de sus hijos e hijas. Podemos y debemos actuar frente a esta tragedia
humana diaria colosal”.
Entre las principales conclusiones de los últimos datos de
2011, el informe destaca:
Casi dos tercios (64%) de la población mundial tenían
acceso a instalaciones mejoradas de saneamiento, un aumento de casi 1.900
millones de personas desde 1990.
Aproximadamente 2.500 millones de personas carecían de
acceso a servicios de saneamiento mejorados. De estos, 761 millones usan
servicios de saneamiento público o compartido, y 693 millones instalaciones que
no cumplen las normas mínimas de higiene.
En 2011, 1.000 millones personas todavía defecaban al
aire libre. El 90% de los casos de defecación al aire libre se registran en las
zonas rurales.
A finales de 2011, el 89% de la población mundial
utilizaba una fuente mejorada de agua potable, y el 25% tenía una red de agua
corriente en el hogar. Esto indica que alrededor de 768 millones de personas
carecen de fuentes mejoradas de agua potable, de las cuales 185 millones
dependen de las aguas superficiales para sus necesidades diarias.
Sigue existiendo una disparidad notable entre quienes
viven en las zonas rurales y quienes viven en las ciudades. Los habitantes de
las zonas urbanas constituyen las tres cuartas partes de quienes tienen acceso
a un suministro de agua corriente en el hogar. Las comunidades rurales
representan el 83% de la población mundial sin acceso a fuentes mejoradas de
abastecimiento de agua potable y el 71% de los que viven sin saneamiento.
Un progreso más rápido en el saneamiento es posible,
dicen las dos organizaciones. El informe resume la visión compartida del sector
de agua, saneamiento e higiene (WASH) –incluyendo los responsables del mundo
académico, de las organizaciones de derechos humanos y de las comunidades de
vigilancia mundial– para un mundo después de 2015 en el que:
Nadie debe defecar al aire libre. Todos deben disponer de
agua potable, saneamiento e higiene en el hogar. Todas las escuelas y centros
de salud deben disponer de agua, saneamiento e higiene. El agua, el saneamiento
y la higiene deben ser sostenibles y las inequidades en el acceso deben ser
eliminadas.
Fuente: OMS
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