“Es la silenciosa reforma
que a estando cambiando la cultura policial”.
Una vez el escritor García Márquez, conversaron – cuenta el cantor asesinado Facundo Cabral
– que cuándo le entregaron el Premio Nobel, todos los periodistas
corrieron a la casa de su madre en busca de su opinión y, solo le dijo “Yo no sé nada de literatura,
solo sé que el Gabo tiene muy buena
memorias, porque todo eso que escribió, se lo contaron”.
En una improvisada tertulia de
policías y, accidentalmente estaba varado a poco metros de ellos, fui testigo del conversatorio sobre el desuso
de algunas terminología de cuarteles, las cuales, como costumbres cotidianas, se
han esfumados como arte de magia.
Nos llamó la atención el “debate de ideas”. Escuchamos y memorizamos esas
terminologías. No sé que conclusión estarían buscando ellos.
Citaron como palabras en desuso policial: La “identificación numérica de
las compañías” y, cada agente exhibía en
el cuello del uniforme. El “policía Corneta” en los campamentos. El “toque de
floreos”, cuando llegaba el general a los campamentos. El “toque de Corneta”
para ir al comedor, a desayunar, almorzar y cenar y, los “honores fúnebres” a
oficiales subalternos y alistados.
El “Si señor y No señor”, comentaba
uno de los que integraban la tertulia, que ahora los policías son respondones,
replicones y si lo dejan hablar primero te duermen.
La “Parada en Atención”, en la que todos subalternos deben someterse cuando
se dirige a un superior. La terminología “Tierra”, cuando alguien llamaba a su
homologo, muy usado en los alistados.
El “Zaya”, cuando se identificaba al que alcanzaba el rango de sargentos,
ya que habían tres denominaciones (sargento de tres, A y C y, el sargento
mayor). El “Cinco Cinco”, palabra que solía usar el alistado para decir al
superior “todo Bien”.
Las informaciones que el “Operador
R-8” pasaba a los superiores cuando
llovía e interrupción del servicio eléctrico, en alguna comunidad. El “Uno Ocho
chiquito”, el aviso del “Operador R-8” a
los miembros, para que pasen a las compañías al pago de salario.
La colocación en lugar visible “Menú
de almuerzo”, ahí el agente observaba por días, desayunos, comidas y cenas,
ricas en vitaminas que degustaría. “Solicitud de Permiso” por el subalterno al
superior, para entrar o retirarse, de
algún lugar, oficinas, dormitorios, donde estaba un superior.
El “Richter, con Canana
reglamentaria y la porta capsulas”. La “Macana número 26 y el Talí” (por esta
curiosidad identificamos esta columna). El
cabo, jefe de puesto.
“Arrojar agua”, un 27 de febrero y el 16 de agosto, explicaban todos a
cónsonos, que el policía desde subalternos hasta oficial subalternos (no
mencionaron a los superiores), cuando eran tomados en cuentas para ascensos,
sus compañeros para celebrar, lo primero que realizaban para que les vaya bien,
era un baño de agua.
Los tertuliantes policías como conformaron el grupo de la misma manera lo
diluyeron. A uno de ellos solo se le escucho decir “es la silenciosa reforma
que a estando cambiando la cultura policial”. Al escucharles nos llegaron unas
carcajadas y ellos voltearon sus miradas, al comprobar que alguien más había sido testigo de sus
“debates de ideas”.
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