Al cumplirse dos años y un mes del vil asesinato
del cantautor Argentino Facundo Cabral, hoy once de agosto, solo deseo
profundamente inmortalizarle en mi corazón.
Ese siniestro día, sábado diez de julio 2011, el
mundo lloraba el asesinato en la ciudad de Guatemala de Facundo Cabral. También
lo lloré. Sí, lo admito, también lo lloré.
Lo lloré porque él me enseñó desde la primera vez que le vi al través de un
televisor blanco y negro, por los años 70, que “Haz sólo lo que amas y serás
feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que
llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente”.
Ese hombre, como lo definió su amigo Alberto
Cortez "era un hombre místico, un hombre de paz, un hombre tranquilo, un
hombre que no insultó nunca a nadie". Aun no me explico por qué ocho
disparos a facundo. Por qué los “sicarios que utilizaron fusiles de
asalto" no apuntaron directamente al objetivo principal, Henry
Fariña, empresario nicaragüense.
Todavía los seguidores
del señor Cabral seguimos llorando su partida, sin encontrar Consuelos y, solo nos adherimos en rememorar las frases del ciudadano del
mundo.
Nos enseño que “Vive de instante en instante,
porque eso es la vida”. “Decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es
una adquisición”.
“Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que
sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las
flores de la primavera”.
“Nacemos
para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan
corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y
cada instante, con el favor de una mente que no tiene límites y un corazón que
puede amar mucho más de lo que suponemos”.
“Y que no te confundan unos pocos homicidas y
suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba
hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay
millones de caricias que alimenta a la vida”.
“No
perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá
vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón”.
“Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que
sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las
flores de la primavera”.
“Le tengo mucho miedo a los pendejos, porque son
muchos y pueden elegir un presidente”.
“El día que yo muera no hará falta una balanza,
porque para velar a un cantor, solo se necesita una milonga”.
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