viernes, 13 de mayo de 2011

El magistrado, el "caco" y la Policía



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De los 80 policías con que contaba el coronel Gil Pumarol, tenía entre ellos, un celoso sargento. El capitán Pérez ya había cumplido con la primera fase y es por ello que el jefe Pumarol lo releva de la vigilancia, colocando al “sabueso de olfato fino y vista de largo alcance”, sargento Juan Rodríguez.
“El Pájaro vuelve a la picada” se le escuchó decir al sargento Juan Rodríguez en su servicio de acecho. Justamente de haberse cumplido un mes y cumpliéndose lo que había predecido el sargento Rodríguez, en la madrugada del día 26 de noviembre un sujeto penetró por el patio de la residencia del juez Montolío y de inmediato sin resistencia alguna el sargento Rodríguez “le echó mano”. El sujeto de uno 22 años y tez negra, fue conducido al antiguo edificio de la Cámara de Diputados, donde funciona el Cuartel general de la Policía Municipal, donde el comandante secretario, Temitocles Victoria, Jefe de Información y del archivo. Allí, fue sometido a interrogatorio por el capitán Esteban Pérez y dijo ser “Pedro Tomás Julián, de nacionalidad Haitiano, que se dedica a ser “peón” y que reside en una choza desmantelada de la avenida Bolívar y se negó ser el autor del robo del juez de la Suprema Corte de Justicia.
El capitán Pérez al no sacarle información al nacional haitiano que lo comprometa con el robo, decide revisarles su harapienta vestimenta – en el siglo 21 se hace a lo inverso – y le encuentra en uno de los bolsillos un lápiz de color de uno de los hijos del juez Montolío y al juez enterarse de la pertenencia de uno de sus hijos, decidió también sumarse al interrogatorio policial y solo le dijo “ te ofrezco ayudarte a salir del mal paso si dice la verdad”. El haitiano, seducido por la bondad del magistrado Montolío, confesó ser el autor del robo y donde se encontraban los efectos robados. La Policía recuperó todos los efectos del magistrado de la Suprema Corte de Justicia Andrés Julio Montolío, una parte escondido en el “Manguito” cerca de la “Cueva de Santana” y la otra parte en la casa de comercio propiedad del señor Abraham Dreby, en la avenida España. Desde muchos años, de la misma exégesis de la actual Policía Nacional, se ha demostrado eficiencia en la persecución del delito.
Un segundo “caco” alteró la caminata de todas las mañanas en el parque Mirador Sur de otro juez, Suárez Dubernay junto a sus dos hermanos, el pasado martes 12 de abril.
Cuando se reacondicionó el parque Mirador Sur el pasado año 2010 como área de recreación para la familia, la Policía Nacional sacó de raíces de ahí las amenazas constantes de dos grupos de antisociales que se querían adueñar del lugar. Todos recordaran la “Banda los Carapintadas” cuyos integrantes Vladimir, Alex e Israel fueron arrestados y enviados a prisión. También, la “Banda del Ocho” fue desmantelada y sus componentes enviados a prisión.
A los seis días del “acto de ratería” perpetrado contra el juez Suárez Dubernay, la Policía actuando como siempre, con mucho carácter, anunció del arresto de Eduardo Luís Jiménez (Leo), de 18 años y Willy Feliz, de 22 años y busca un tercero, Henry Suero Nova que se encuentra prófugo, involucrados en la “ratería” contra el juez. Todo en conclusión es lo que hemos siempre pregonado de la Policía que es “persistente, tenaz, constante y firme en su misión”.

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