ACAPULCO, México.- AP Un grupo de sicarios asesinó el lunes a seis personas, incluyendo a un jefe de la policía local, en una serie de ataques en pueblos de la sierra del estado de Guerrero, en la costa mexicana del Pacífico.
El jefe de la policía de Pungarabato murió al ser baleado varias veces en la cabeza mientras conducía su auto Mustang rojo en una autopista cerca del pueblo, el lunes por la mañana, informó el departamento de seguridad del estado de Guerrero en un comunicado de prensa.
Otros cinco hombres fueron encontrados muertos a balazos en diferentes pueblos de la aislada región de la sierra de Guerrero conocida como Tierra Caliente, informó la policía estatal.
En Tijuana, ciudad fronteriza con Estados Unidos, un grupo de soldados detuvo a 60 personas en una fiesta, incluyendo a un sicario acusado de cercenar cuerpos para los narcotraficantes.
Angel Jácome Gamboa, conocido como El Kaibil, es acusado de trabajar para Eduardo Teodoro García Simental, ex integrante de la banda de los hermanos Arellano Félix, que lucha por el control de Tijuana. Jácome fue encontrado con una pistola de nueve milímetros chapada en oro con la imagen de la Santa Muerte, una deidad venerada por algunos narcotraficantes, según el comandante militar Alfonso Duarte Mujica.
García Simental, conocido como “El Teo” ha aparecido frecuentemente en reportes de noticias en el último año, en noticias sangrientas de mutilados, decapitaciones y restos humanos abandonados. También entre los detenidos se encontraban dos agentes de la policía estatal y un ex policía de la playa de Rosarito, agregó Mujica.
En otro hecho de violencia el lunes, un comandante de la policía del estado de Michoacán fue muerto a tiros por desconocidos en las afueras de una estación de policía en la ciudad de Zamora.
Agustín Ruvalcaba había sido transferido apenas dos días atrás desde la ciudad de Uruapan, dijo el procurador de justicia de Michoacán, Miguel García, sobre esa localidad también afectada por los enfrentamientos vinculados a las drogas.
La violencia relacionada con el narcotráfico ha cobrado más de 7.200 vidas desde el 2008, mientras los carteles luchan entre ellos y contra el ejército por el control del territorio.
El presidente Felipe Calderón dijo el lunes que Estados Unidos necesita tener un papel más importante en la lucha contra el narcotráfico, pero dejó en claro que no permitirá una intervención militar.
Calderón hizo estas declaraciones en una conferencia de prensa conjunta con el presidente francés Nicolas Sarkozy.
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