A Teodoro Santana lo conocen en
los residenciales de la high class como “El Guachi”. Su identidad se perdió
desde el día en que le dieron una escopeta vieja, junto a una silla plástica, y
le indicaron que debía cuidar un edificio lleno de riquitos, aguajeros y
aspirantes a millonarios.
Y es que, mis queridos negritos,
los sueños de nuestro protagonista se acabaron desde que llegó de Carreyegua,
San Juan, con el deseo incontrolable de convertirse en un gran artista de
bachata, como su admirado cieguito de Nagua, ¡el grande y el único Teodoro
Reyes!
La mala suerte de los pobres lo
llevó a malpasar haciendo algunas “chiripas” para ganarse la vida o para llegar
decentemente a la muerte, pero nunca dejó de cantar “Vuelve con tu papá” o “Los
pobres también aman” junto a un viejo radio de pilas, de esos que caracterizan
a los de su profesión.
Cada vez que entonaba, a nuestro
“Guachi” le entraban unas ganas increíbles de gritar a todo pulmón un ¡Oye, se
soltó Teodoro!, pero la realidad le golpeaba dura y fría y le recordaba que él
no podría llegar, que ningún público lo escucharía en las emisoras, que
simplemente no podría...
Y así seguía mal pasando en las
noches, que se hacen largas, y a ratos le parecía que el sol era un mito
inventado por aquellos que nacieron sin una familia de ocho integrantes que
mantener con tan solo siete mil pesitos al mes.
El hambre y el sueño consumían
poco a poco al “Guachi”, ese que alguna vez soñó con ser como su ídolo y cantar
bachata frente a una multitud que lo ovacionara y bailara al ritmo de sus
canciones, pero la realidad es otra y los de abajo nunca estarán arriba...
Y el deseo de nuestro “Guachi” de
ser una estrella como su admirado Teodoro Reyes, fue pisoteado cuando murió
baleado a manos de unos “menores” de Guachupita que a diferencia de él,
nacieron sin sueños... y dicen los riquitos, aguajeros y aspirantes a
millonarios del edificio que cuidaba nuestro Guachi, que desde que murió se
puede escuchar en las madrugadas una voz que canta: “Escucha dulce amor, yo soy
tu enamorado, que vengo loco de amor con el corazón en las manos.
Despierta no duermas más, es bueno que tu escuches la triste realidad de
un pobre diablo que sufre, que soy yo”...
Publicado en el Listín Diario. Por Indhira Suero. Negrita
come Coco.
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