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No importa en que extremo del territorio de la República, se haya registrado un delito, donde la Policía Nacional no sea eficiente en su rol de auxiliar de la Policía Judicial. En el mes de septiembre, martes 21, del pasado año, en la sección la Meseta del Distrito municipal de Guayabo, El Llano de la Provincia Comendador, el agricultor Rafael Polanco Tolentino alias “Rololis” convivía en la casa con dos hijas menores y de mascota tenia unos realengos y bravos perros que desempeñaba su rol de guardianes de la casa. Ese día los perros rastrearon que próxima a la vivienda de su amo se aproximaban personas no de su entorno y se pusieron en alerta y cuando lo avistaron, sus ladridos atemorizaron a los desconocidos y estos tomaron piedras y la lanzaron a los compañeros de “Rololis” quien se hallaba en el interior de la casa. Cuando “Rololis” escucha los ladridos de los perros, sale con machete en mano y le reclama a los desconocidos el ¿Por qué les lanzan piedras a sus perros?, ellos, eran dos, le fueron encima a Rololis y le quitaron el machete y con el mismo le segaron la vida. Las dos niñas, que estaban dentro de la vivienda salieron y vivieron a su Papá tirado en sus propias sangre y se quedaron estupefacta en estado de mutismo, entrando en Shoch, las dos, los desconocidos las tomaron de las manitos ha ambas y la llevaron detrás de la vivienda y la “machetearon” para que no los delatara. La Policía de la región al ser notificado del triple crimen de inmediato inició las pesquisas y en tiempo record había identificado a los asesinos de “Rololis” y de sus niñas, Luz Maria Polanco y Lucia Polanco. Nilson Díaz Medina y Emilianito Valdez Ubri, confesos asesinos, solo expresaron a los investigadores “teníamo al Diablo metio en nosotro”. Ambos guardan prisión preventiva en espera de juicio de fondo. Lo menos que tenia a pensar el nacional Holandés Luc Mj Vandormael era que la mujer a quien él había compartido sus secretos iba a poner de manifiesto en él el viejo refrán “con el único enemigo que duerme el hombre es con su propia mujer”. Ella, Zunilda Benítez, la esposa, se presento al departamento de investigaciones de personas desaparecidas, el día nueve de octubre y dio parte de que su esposo, Luc, había salido de la vivienda desde el día ocho y que no sabia de su paradero. La Policía designó oficiales para la localización de Luc, y el día diez de octubre pasado apareció en un basurero del batey Yacó, La Cuaba, en el kilómetro 22 de la autopista Duarte, Santo Domingo Oeste, un cuerpo descuartizado presentando quemaduras de 4to grado. Los oficiales profundizando determinaron que esos miembros desprendidos corresponden a Luc y, que Zunilda pagó la suma de 200 mil pesos para que eliminaran a Luc, su esposo, con el interés de quedarse con todos sus bienes. Luego, apresaron a los esposos Jesús Maria Jaquez Tejada y Johanna Cristal Aquino. Todos guardan prisión hasta tanto se conozca juicio de fondo.
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